jueves, 14 de octubre de 2010

Viva Plomer 1 vs. Athenas 3



 MURIÓ POR LA BOCA
Por la cuarta fecha del Torneo DI, Viva Plomer fue derrotado por el “fantástico” (noten las comillas) conjunto de Athenas, por 3 tantos contra 1, en un encuentro repleto de adversidades para los de Las Heras, que, a pesar de ello, y habiendo terminado el encuentro con 2 hombres menos, perdió dignamente y con la frente bien alta de los combatientes que quedaron en campo. La derrota resultó demasiado dolorosa en virtud de las expectativas generadas por la incorporación, en el 11 titular de un tridente de refuerzos de buen pie, como lo son Juan Mateo Del valle, Rober, y el Vasco de apellido difícil. El entusiasmo que provocaban los nombres y un rival conocidamente regular, acrecentaron a los esperanzas plomerienses, que parecieron mermar abruptamente, cuando a los 25 minutos de la primera parte, el más importante de todos sus hombres vio la tarjeta roja por reaccionar verbalmente ante una infracción no sancionada por el (HORRIBLE) referí, que le valió perder una pieza dental de los molares superiores. El golpe fue certero: ¿El que recibió la boca del negro? . . También. . Pero principalmente el generado en el ánimo de los de Plomer a través de la expulsión. A esta altura del partido, no se habían sacado de ventaja, el expulsado nº 5 no había logrado imponer su característica conducción del mediocampo, en gran parte merced a las continuas y reiteradas faltas cometidas por sus rivales, pitadas por el (ESPANTOSO) árbitro, pero nunca sancionadas con advertencia de color amarillo, ni siquiera verbal, y el partido estaba para cualquiera. . Sin su conductor y con uno menos, la sensación era que el mundo se le venía abajo a los Naranjas, pero lejos de suceder ello, Plomer organizó la resistencia: impulsados por el orden que implantó Del Valle desde el medio, y Ahamendaburu desde el fondo, cubría de manera correcta los espacios, y a pesar de que su rival ganaba en posesión del balón, no creaba serio peligro.
En el complemento el panorama era idéntico, pero Athenas pudo quebrar el aguante de Plomer, y se puso en ventaja. Pero VVPL no se desesperó, jugó la pelota al piso cuando pudo, y lo buscó a “Facu” por arriba cuando la ocasión lo pedía. Así fue que en una contra comandada por el joven Del Valle, quien luego de deshacerse de un par de rivales abrió para Tardini en la derecha, el pibe metió el centro al ras, y por única vez en la tarde la fortuna jugó para Plomer, cuando la pelota salteó la pierna del rival, previo pique en un imperfección del terreno, cuando aquél intentaba el despeje, y por el fondo “el goleador de la pista”, de gran actuación, empujó de rodilla a la red. VVPL alcanzaba el empate y recobraba las ilusiones. Pero los fallos del (IMPRESENTABLE) juez continuaban sucediéndose, y la ira se apoderó de más de uno, pero de uno en particular. . . Amonestado en la primera parte por un reproche sin insulto, Paez estaba al límite, pero su genio pudo más que él, y ante una nueva omisión del (IMBERVE) vestido de amarillo, propició su última protesta (desde adentro). Al encargado de hacer (in)justicia poco le importó que el raclamo no estuviera compuesto de insultos y le mostró la segunda amarilla, obligando al nº 14 a abandonar el campo de juego, dejando a sus compañeros con 2 jugadores menos, y echando por tierra con cualquier esperanza de obtener aunque sea 1 punto. Los minutos pasaron y la resistencia naranja se rearmaba, pero los espacios generados por la ausencia de 2 jugadores se pagó en la red, y en los 5 minutos finales, el inexpresivo Athenas logró los 2 tantos para la victoria final. Las palabras del 14 luego del final ilustran la sensación generalizada: “me expulsó mal y es un HDP, pero lo mío es impresentable”, abatido como nunca, invadido de un sentimiento integrado entre la culpa y la vergüenza se retiró el volante central, que en el ocaso de la tarde sólo le quedó fuerzas para pedir disculpas a su compañeros. El vestuario de Plomer fue, sin lugar dudas, el más silencioso y desolado de su corta vida, con sus miradas dirigidas hacia el suelo, los herenses buscaban una explicación a lo sucedido. Resulta difícil tener certeza acerca de lo que hubiera ocurrido si el 14 no habría visto la tarjeta roja, pero como venía dándose el trámite del partido, todo parece indicar que un empate era muy factible, idea ésta que cobró mayor adherencia en las mentes de los de Plomer apenas finalizado el cotejo. Respecto de la expulsión de Rober, aquélla si bien marcó un quiebre demasiado importante para las aspiraciones propias, se percibe, en líneas generales como mucho más justificable, en virtud de la agresión padecida por el histórico volante central, y que motivó el insulto al (INNOMBRABLE) referí 
VVPL deberá trabajar para hacer olvidar lo más rápido posible este trago amargo, la revancha está a la vuelta de la esquina para la mayoría, otros tendrán que esperar, quizás (me) sirva como escarmiento para no cometer estos errores que esta humilde institución, paga muy caro, y para alguien que dirige todos sus esfuerzos en que los sábados cada uno pueda vivir por esas 3 horas la alegría que muchas veces encuentra lejos en el quehacer de sus obligaciones cotidianas, el peor de los reproches, luego del mal momento vivido, resulta ser el que viene desde dentro de su ser. . . 


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