domingo, 28 de agosto de 2011

Viva Plomer 2 vs Fergashion 0



La marcha del golazo solitario. . . 
* Un cuento de "Buchi" Neyssen
* basado en los hechos acaecidos el sábado  27 de agosto de 2011

Era un sábado como otro, eso parecía. Y en el bar de siempre la mesa de la ventana se empezaba a completar. Esa mesa no era una más, era la mesa de las historias. Los que la conformaban no eran amigos, eran compañeros de copas y cada sábado calentaban esas cuatro sillas, Gancia de por medio, contando las anécdotas más increíbles. Eran tres y faltaba el cuarto, el de las historias más fantásticas.
-         ¿Qué le habrá pasado al Tito que todavía no aporto?
-         Debe estar en la casa pensando el bolazo que nos toca hoy
Tito era el menos creíble, en su lista de anécdotas, figuraban: el día que Guillote Coppola lo llevo de joda, la noche que le ayudo a cambiar una goma pinchada a Moria Casan y casi se la levanta. Y el día que le sugirió a Víctor Hugo la frase “barrilete cósmico”.
-         Ahí viene Tito, ¿qué le pasa que viene corriendo?
-         ¡Seguro que lo quiso abducir un ovni a este!, prepárense que parece se viene con otro bolazo.
El cantinero, viendo entrar a Tito, agarro la botella para servirle un Gancia.
-         ¡Muchachos no saben lo que vi, no lo van a poder creer! - Dijo agitado el último comensal de la mesa de la ventana. 
-         A ver Tito, a ver que nos traes hoy – dijo uno irónicamente
-         A la mañana fui a ver futbol, ¿vieron esos torneos que se juegan por acá?
-         ¿Seguís  con la idea de encontrar un crack y representarlo, seguís con eso de que Guillote te vio pasta de representante? – Lo chicaneó otro
-         ¡No me jodan che! Hoy vi el gol más increíble de la historia.
-         A ver desembucha de una entonces, Cantinero prepare otra vuelta que esto pinta pa´ largo.
-         ¿Puedo contarles?,  esto que les digo es posta. Hoy fui a esa, la sede de la Afip y había un partido, jugaban unos de camiseta naranja con otros de azul. El partido era parejo, los de azul llegaban mas y tenían la pelota. Los de Naranja se llaman Viva Plomer, los otros Fergayion o algo así. Bueno como les decía, el partido era parejo, los de Plomer estaban medios perdidos, no la agarraban en la mitad y sufrían en cada avance, Fergayion tenía delanteros rápidos,  y fue que promediando el primer tiempo, el 7 quedó mano a mano y ante el buen achique del portero la tiro ancha. Igual Plomer mediante pelotazos trataba de llegar. Hubo una linda pared entre el 14 y el 7 que termino en un mal centro, pero se combinaron bien. Y atrás de a poco se fueron afianzando.
-         Che nos vas a contar detalle por detalle ese partido, ¿esto es lo tan increíble que viste?
Para eso miramos algún partido en la tele.
-         ¡Déjenme terminar¡ todavía falta lo mejor.
Bueno sigo, Fergayion iba, y Plomer trataba de recuperar la bola, pero estaba partido. En una el 9 de Plomer quedó mano a mano, pero la pelota se le fue larga y el arquero llegó sin problemas. El 5 de los de naranjas trataba de agarrar la manija, pero no estaba del todo fino. Igual parecía de esos jugadores que en cualquier momento te deja mano a mano.
-         ¿Y el gol? ¿y ese gol tan espectacular cuando llega? ¿No me digas que a los 40 del segundo? , porque si es así cambiamos la charla, ya me estoy aburriendo.
-         En eso estaba, como les decía los de naranja se estaban afianzando y cerca del final del primer tiempo, el 5 hace una linda pared con el rubio que jugaba de enganche y le puntea la bocha al 14 que estaba parado en la medialuna. ¿Y no saben qué pasó?
-         ¿¡que paso Tito, que paso!? ¿Por qué tanta intriga?
-         Ahí voy, peren esta parte necesita intriga.
Bueno, este pibe el 14, que parecía más luchador que virtuoso, vio que le venía la bocha al rastrón,  y sin pararla le dio de cara interna dándole una comba increíble. La pelota parecía que se iba alta,  ahí fue lo increíble. Cuando la pelota hacía esa parábola, uno vaya a saber donde terminaría, todo se detuvo, los de naranjas quedaron con los ojos como el dos de oro mirando la bola, el 14 apretando el puño quedó como una estatua.
-          ¿Todo se detuvo? ¿Todo, todo?
-         No todo no, la pelota siguió su marcha, una marcha, como si se dirigiera  hacia un golazo, y esa marcha no fue por el aire, fue por diferentes lugares. Primero paso por el pasillo de un hospital, como si la hubieran recuperado tirándose al piso a puro huevo y pasó con fuerza, como si la hubieran despejado los más lejos posible,  después pasó sobrevolando miles y miles de asados, asados entre amigos eran, ahí la pelota agarró un efecto mágico, ahí la bola no fue despejada, fue acariciada. Y cuando pensé que me desmayaba del cagazo, entro al ángulo abrazando la red, y el ángulo se transformó otra vez en un hospital, pero esta vez era una sala de maternidad, donde la lucecita marcaba celeste
Ahí volvió todo a la normalidad y los de naranja corrieron a abrazar al 14, que gritó ese gol como si lo hubiera hecho en la final de un mundial.
El bar se silenció, todos miraban a Tito, nadie lo chicaneó, todos parecían creerle.
-¿Cómo terminó el partido?
- Cuando la pelota terminó de embolsarse en la red, el árbitro dio por finalizado el primer tiempo.
Los pibes de Plomer salieron a jugar el segundo tiempo con otra actitud, como si ese golazo, los hubiera motivado. El medio agarro la pelota y Plomer fue a liquidar el partido. El uno descolgó todo lo que le llovió por el área, la defensa a fuerza de garra, suplió las falencias por la falta de ritmo. Y ese 5 con pinta de crack, demostró que lo es, de un centro bien ejecutado por el 10, tiró una tijera y la clavó a un costado. La ventaja de dos goles dejo más tranquilo al equipo, e hizo que manejara el partido. Los minutos corrieron y Plomer hizo valer la diferencia en el marcador, sabiendo que ese partido tenía que terminar en victoria. Y así fue nomas, termino 2-0.
Ese sábado Tito logró que nadie le discutiera su historia, ninguno de esos 3 que tantas veces tildaron de bolazos sus anécdotas, atino a decir nada.  Entonces habrá que creerle nomas y como dice el refrán es “creer o reventarla lo más lejos posible”.
FIN














































jueves, 25 de agosto de 2011

el festejo del ascenso 2011- entrega final













Créditos a:
Maria Paz Cesar Ariet
"Pato" Castelli
Enrique Mattiuzzi
Alejandro Mazza (TFC)

jueves, 11 de agosto de 2011

Las fotos del ascenso 2011- 2da entrega

 
En el entretiempo, Paez apela a su órgano consultivo permanente. .


Y luego de la deliberación, Pato y Rome ingresan para jugar el complemento

 
Una constante en la tarde, Rober evita que Roh pueda ejercer superioridad en el juego aéreo. En escena el capitán se juega todo. Minutos más tarde, el de botines amarillos se iría expulsado.

 
Con cabeza levantada, Del Valle transporta buscando un socio. . El lenguaje corporal con el que el joven expresa su manera artística de sentir el juego, se repite cada vez que Juan Mateo entra en contacto con el balón.

La imagen habla por sí sola. . El tiro bombeado de Rober lloverá apenas por detrás del travesaño. Plomer avisa. .
 
Solitario, inquieto, con las pulsaciones a mil,  así vive Paez  el complemento desde afuera. . .

 
Caio ya le ganó la carrera eterna al defensor y anticipándose a la salida del arquero, punteó por sobre su cuerpo y de esta manera desatará la locura de toda la familia Plomeriense. . .El exacto instante es inmortalizado por la lente de María Paz Cesar Ariet.  





 
Luciendo orgulloso el overol, el 5 vivió el tramo final del partido a pura garra, de aquí para allá no dejó ni un espacio sin cubrir. .

 
La caótica imagen refleja la entrega de los esforzados Plomerienses para defender la ventaja. .

 
Un rato después de la conquista, y protagonizando una contra que podría haber definido el partido, Caio es derribado bruscamente por el 2 rival, debiendo abandonar el campo por la lesión que más tarde diera el diagnóstico de desgarro. . En imagen, el gesto de dolor del goleador es elocuente. . 

 
Para escapar de la presión del final, Patito se pone el traje de Román y no le tiemblan las piernas para bancarse, sobre la esquina, las patadas del rival.


El rigor del marcador de Relámpago no alcanza para frenar la arremetida de Rober. .