Cuando el reloj marcaba las 18:30 hs. del último domingo 28 de marzo, seguramente no se cruzó por la cabeza de ninguno de los Plomerienses que la tibia derrota por 2-0 no resultaría, con el pasar de las horas, el acontecimiento mas desgraciado del “día en el que el barba descansó”. Porque si bien el rendimiento del equipo estuvo lejos de lo deseado, la lesión de quien fuera elegido como el jugador mas valioso de la temporada pasada, se roba todos los titulares. Así a los pocos minutos del inicio, el marcador lateral, devenido delantero, sufrió un desplazamiento en la clavícula que produjo una ruptura en los ligamentos ubicados en el hombro izquierdo que lo marginará al menos por las 2 primeras fechas del torneo venidero. Primero “manu”, luego “roge”, después “facu” y ahora “gera” completan la enfermería de los auspiciados por “Megafund”.
Por otra parte, y adentrados en lo estrictamente futbolístico, lo cierto es que el último fin de semana VVPL tuvo una mala tarde y nunca le encontró la vuelta al partido. Quebrado en el medio y sin cambios, fruto de la temprana lesión ya referida, le costó mucho ganar protagonismo, y fue dominado durante casi todo el juego, a pesar de haber resistido con cierta dignidad en gran parte del cotejo. Pero en la segunda mitad del complemento, 2 jugadas de pelota parada que encontraron distracciones en la marca, y una desafortunada salida de Patito (quien se había mostrado firme ante cada exigencia), echaron por tierra cualquier esperanza de hazaña.
A pesar de todo ello, la caida del domingo deja algunas certezas que llevan a la reflexión de cara al certamen que verá la luz el próximo 10 de abril: Porque los herenses saben que no pueden presentarse a jugar con apenas una sola variante posible, y ello por más que la numerosidad de los convocados imponga que haya que pasar el rato que sea por el banco de relevos. También aparece como indiscutible que deberá contar con mayor disciplina en el mediocampo: es decir, paciencia y orden para trabajar en la recuperación de la pelota, saber cuando sumar gente en ataque y conocer sus limitaciones (muchas veces físicas) a la hora de proyectarse y de avanzar en el campo, sin olvidar el deber de colaborar con la marca, que la impone el propio juego como así también el espíritu de grupo que debe erigirse como su guía. También debe intentar, sin bajar los brazos ante el primer fracaso, imponer juego en la mitad de cancha, probar asociarse mas a menudo, y no sólo cuando la presión disminuye por la desventaja en el marcador, y para ello será menester comprometerse con el compañero, buscando encontrar los espacios para ofrecerle un pase al de al lado. Ni que mencionar que se resulta una necesidad ineludible mejorar el juego aéreo, uno de los puntos más flojos de este humilde conjunto. Y para ello tendrá que ganar en la concentración cuando defiende en pelota parada, como para comenzar.
En relación a la carencia de talentos en el grupo. Soy partidario de la idea de que ello no escapa a la realidad. Pero jamás pensaría que ello lo condena. En efecto, creo que el plantel permanente no posee esa característica como la más saliente, pero entiendo que ese mismo grupo de luchadores es capaz de desarrollar otra clase de virtudes que puede suplir con creces esa “no abundancia” (me gusta mas que escasez), y considero que ésta debe ser el punto de partida para pensar que, y como ya lo expresé en mensajes anteriores, debemos esforzarnos al máximo, para que con orden, disciplina, garra, espíritu y corazón, logremos hacer olvidar aquella particular cualidad. . .
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